Recuperemos la integridad, dignidad, respeto y reconocimiento para los mexicanos radicados en el extranjero.

36 millones de personas de origen mexicano habitan en los Estados Unidos, mismos que envían remesas de más de 51.600 millones de dólares a México, para con ello formar parte de la maquinaria económica de nuestro país.

54 oficinas de representación de la red consular sirven a los mexicanos en los Estados Unidos, todos los consulados de México se han convertido en el acomodo de funcionarios del partido gobernante, sin transparencia, proveyendo servicios deficientes a los inmigrantes, quienes necesitados de algún servicio, padecen de la negligencia y deficiencia por parte de los servidores públicos.

Contrario a lo que marca el buen desarrollo de las relaciones con los mexicanos radicados en el extranjero, el gobierno de México recorta los recursos federales destinados a los consulados, con lo cual se agrava la condición de los inmigrantes quienes en muchos casos requieren algún tipo de asistencia consular.   

Como ser humano, ciudadano del mundo libre, expreso mi total desaprobación ante la magnitud del desentendimiento político. De igual forma siento la necesidad de expresar algunas palabras de aliento a todos mis hermanos de raza, quienes obligados por sus carencias y tragedias, abandonan el territorio nacional. Manifiesto, la más dolida disculpa a las millones de familias mexicanas que han sido separadas por la extrema pobreza, la corrupción y la violencia.

Lamento mucho que los políticos, no asuman en un acto de humildad, que han sido precisamente ellos, quienes no han asumido su responsabilidad moral ante el hundimiento de nuestra nación y el éxodo de millones de mexicanos durante décadas que huyen a tierra extranjera en busca del sustento familiar, que los políticos mexicanos nos han negado. Acciones que someten a nuestros hermanos migrantes a la mala paga, la humillación, la persecución, la segregación, y el rompimiento de nuestras familias.

Los mexicanos sin importar en qué país del mundo se encuentre, deberán ser tratados con dignidad y respeto, proveyéndoles de todo servicio y asistencia que pudieran necesitar. Juntos lucharemos hasta conseguir el México que nos merecemos, hasta conseguir que nunca más ningún mexicano abandone nuestra nación obligado por la pobreza, el crimen o la segregación.

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